La XXIII Clásica Tenerife no solo fue una carrera de coches clásicos, sino un reflejo de la creciente inclusión de la mujer en el automovilismo. Este año, el evento vio la participación de un 25% de mujeres, con 50 competidoras mostrando su destreza al volante y como navegantes.
Entre las grandes protagonistas, Samantha Montaner, quien acompañada de su esposo José Carlos Rendón, ganó la prueba absoluta. Montaner destacó por su control y estrategia, especialmente en la última etapa, enfrentando condiciones difíciles y tráfico congestionado. En su relato, aseguró que la clave de su éxito fue la armonía en el equipo: “No discutimos como marido y esposa, ese fue el trato y lo cumplimos,” expresó con una sonrisa.
Una de las participantes más jóvenes fue Cristina Montes de Oca, quien con tan solo 24 años, repitió como piloto del clásico Triumph TR6 de 1969, logrando junto a su madre, Cristina Rodríguez de Azero, un destacado resultado. La joven conductora destacó la importancia de la relación con su madre como su copiloto, asegurando que “sin ella, no hay equipo”. Para Cristina, el automovilismo es una tradición familiar, especialmente influenciada por su padre, quien le inculcó el amor por los coches clásicos.
Otro momento emotivo de la competencia fue el esfuerzo de Mercedes ‘Mele’ Montes de Oca, quien participó con su Austin Healey de 1955, un coche que se convirtió en uno de los más fotografiados del evento. Aunque no lograron clasificar entre los primeros, la familia Montes de Oca dejó claro que el automovilismo es una pasión compartida entre generaciones.
En la categoría de turismo, las mujeres brillaron aún más, subiendo al podio como copilotos. Marina Monterrey, Sofía Monshouwer y Miriam Casariego lograron el primer, segundo y tercer puesto, respectivamente, destacándose por su destreza y sincronización con los pilotos al volante.
En un evento donde la historia de los coches clásicos se mezcla con el esfuerzo de quienes mantienen viva esta tradición, las mujeres continúan demostrando que tienen un papel clave en este deporte. La participación en la Clásica Tenerife 2024 subraya cómo las mujeres siguen rompiendo barreras y demostrando que los coches, los clásicos y la competencia no tienen género.
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